Existen dos tipos de atrofia muscular: por desuso y neurogénica. La atrofia por desuso es causada por no usar los músculos lo suficiente. Este tipo de atrofia a menudo se puede revertir con ejercicio y una mejor nutrición. Las personas más afectadas son aquellas que:
- Tienen trabajos que requieren que estén sentados, problemas de salud que limitan el movimiento, o disminución en los niveles de actividad.
- Están postradas en cama.
- No pueden mover las extremidades debido a un ataque cerebrovascular u otra enfermedad cerebral.
La atrofia neurogénica es el tipo más grave de atrofia muscular. Puede deberse a una lesión, o una enfermedad, en los nervios que se conectan a los músculos. Este tipo de atrofia muscular tiende a suceder más repentinamente que la atrofia por desuso.
Algunos ejemplos de enfermedades que afectan los nervios que controlan los músculos:
- Esclerosis lateral amiotrófica (ELA o enfermedad de Lou Gehrig)
- Daño a un solo nervio, como el síndrome del túnel carpiano
- Síndrome de Guillian-Barre
- Daño a los nervios causado por una lesión, diabetes, toxinas o alcohol
- Polio (poliomielitis)
- Lesión de médula espinal
Aunque algunas personas se pueden adaptar a la atrofia muscular, incluso una atrofia muscular menor causa algo de pérdida de movimiento o fuerza.
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Otras causas de atrofia muscular pueden incluir:
- Quemaduras
- Terapia prolongada con corticosteroides
- Desnutrición
- Distrofia muscular y otras enfermedades de los músculos
- Osteoartritis
- Artritis reumatoidea
Cuidados en el hogar
Se recomienda un programa de ejercicios para ayudar a tratar la atrofia muscular. Algunos de los ejercicios se pueden realizar en una alberca para reducir la carga muscular, y otros tipos de rehabilitación. Su proveedor de atención médica le puede dar más información sobre esto.
Las personas que no pueden mover de forma activa una o más articulaciones pueden hacer ejercicios usando dispositivos ortopédicos o férulas (tablillas).
Cuándo contactar a un profesional médico
Acuda a su médico si presenta una pérdida muscular prolongada e inexplicable. Con frecuencia, esto se puede ver cuando uno compara una mano, un brazo o una pierna con la otra.
En la consulta médica
Se procederá a realizar un examen físico , hará preguntas acerca de la historia clínica y obviamente de la sintomatología.
- Cuándo empezó
- Si ha empeorado
- Si se posee algún síntoma más
Se examinará los brazos y las piernas y medirá el tamaño de los músculos para tratar de determinar qué nervio o nervios están afectados.
Pruebas
Puede ser que se lleven a cabo las siguientes pruebas para determinar el diagnóstico:
- Exámenes de sangre
- Tomografías computarizadas
- Electromiografía (EMG)
- Resonancias magnéticas
- Biopsia de nervio o músculo
- Estudios de conducción nerviosa
- Radiografías
Tratamiento
El tratamiento puede incluir fisioterapia o terapia con ultrasonido. Decir que, aunque existen casos muy graves en los que es preciso intervenciones quirúrgicas sobre una contractura, son casos aislados. La única manera de invertir la atrofia es con ejercicio físico.
Es recomendable acudir a profesionales para que nos ayuden a realizar tablas de ejercicios para tonificar los músculos dañados. Empezando por suaves y subiendo la intensidad a medida que se gana musculatura.
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Recomendaciones para evitar una atrofia
- Evitar el sedentarismo
- Trabajar la musculatura por igual ( con andar solo, no es suficiente si el daño está localizado en el tronco superior del cuerpo)
- Llevar una dieta equilibrada
- Realizar un mínimo de ejercicio de mantenimiento para evitar recaídas en el caso de haber sufrido alguna vez una atrofia muscular importante.
Preguntas y respuestas sobre mi rehabilitación